Y Llega el Invierno

Hoy quiero que hable el viento de levante
simplemente por respeto, por antigüedad;
porque ha estado y estará
y hoy al oído me ha dicho:
'te apresures o no, tu de paso estás'.

Quinientos Años... y un Día

Hay que elegir bien las palabras, andar sobre huevos de puntillas , para describir lo que ocurre en este gran reyno de España. Algo que no se me da bien, eso de andar con cuidado, después de todo, se trata tan solo de una bitácora virtual, así que.. a qué viene tanto cuidado?

Pues bien, en este reyno tan democratizado, modernizado, transicionado y desfascistizado. en el código penal están tipificados -como dicen los leguleyos en esa jerga tan tétrica que me causa espanto- los delitos de apología del terrorismo e injurias al jefe de estado.

Apaga y vamonos, se supone que esto es el Éter, el nunca jamás, la red de redes, pero de cualquier manera, hay que andarse con pies de plomo, manifestarse a favor de fascistas, pues no pasa nada, esto no es Alemania, pero otras cosas pueden ser sancionadas como de hecho hoy han sancionado a los caricaturistas del Jueves por tener algo de humor.

Creo que es propio de ex imperialistas como la Gran Bretaña y nosotros mismos el buscar cobijo en los que mandan hoy en día, aunque en plan subalterno y esperando migajas. Nuestra ración la reciben nuestras empresas -que no nosotros, los imperios son para beneficiar a sus élites, no a sus ciudadanos-. Son también noticia los beneficios espectaculares y sin precendentes de nuestra compañía telefónica, esa que nos cobra las tarifas más caras de internet en todo el mundo desarrollado -del que se supone formamos parte aunque si el baremo es internet estamos a la cola-, y no quiero ni imaginarme lo que hace en Latinoamérica, lejos de controles regionales como los que ejerce la Unión Europea.

Demasiadas noticias, pocas buenas y muchos escándalos, reflejos de días pasados, mandando callar a la ruidosa chusma que reclama su parte del pastel, cual si sirvientes fuesen aunque dejaron de serlo -por lo menos en teoría- hace ya mucho, y parece que ahora quieren ser independientes de verdad, no solo formalmente. El tiempo pondrá a cada uno en su sitio, pero el espectáculo presenciado en Chile fue todo un bochorno. La verdad duele, y será dificil que callen cuando les asiste por lo menos la verdad, si no la razón o las formas, aunque las formas no asistieron a nadie, sobre todo a quien se supone que las tiene.

Al Nonagésimo no Vino Nadie

La piedra tan fría e inanimada y la de cosas que ha visto. La panorámica de la Plaza del Palacio en San Peterburgo, Petrogrado o Leningrado, vacía y desangelada en un final de Agosto del siglo XXI, y si animada y con gente, entonces turistas como yo mismo, con la prisa de absorber todo lo absorbible, aunque poco jugo le queda ya a este decorado de la Historia con mayúscula del siglo pasado.


Noventa años desde que en esa plaza la historia diese un vuelco, si para bien o para mal eso depende de que lado nos pilla a cada uno, el que recibe el golpe por supuesto dirá que mal, aunque, que fue un vuelco que se sentiría durante años en todo el mundo de eso no hay duda.


El portón con el águila bicéfala creo haberlo visto en alguna de las películas de Eisenstein, cuando la turba se lanza a la toma del palacio. Noventa años después, recomiendo ver la película Brat o Hermano -Брат-, interpretada por el finado Sergey Bodrov Hijo. El Peterburgo del colapso, material y moral, acompañado por la magnífica banda sonora del grupo Nautilus Pompilius.


Tuvo tanto éxito, realzado por la pronta y desgraciada desaparición de su muy icónico intérprete, que aún hubo tiempo de hacer una secuela, Brat 2. Esta se deja ver, aunque la primera es el complemento ideal al cine heroico y en blanco y negro de Eisenstein, y ya se sabe, segundas partes nunca fueron buenas, aunque Brat 2 mala no es.

El Metro

Entre el infierno y el cielo,
galopando entre tinieblas
de la periferia al centro
del centro a la periferia,
el metro.

Con ojos de sueño viene
cruzando la madrugada;
regresará a medianoche
con el alma fatigada,
el metro.

Cargando arriba y abajo
íntimos desconocidos,
amaneceres y ocasos
con dirección al olvido.

Por sus arterias discurre
presurosa humanidad,
el alimento que engorda
la ciudad.
J.M. Serrat

No podía dejar de escuchar la melodía de esa canción mientras iba por el metro de Moscú, los versos muy adecuados y la música también, con un ritmo sincopado como el ruido de las ruedas de los trenes. También me he acordado de la observación de nuestro primer presidente socialista y sevillano, aquella de que prefería ser atracado en el metro de Nueva York que vivir en Moscú. En el metro de NY ni se me ocurrió montarme, en el año en que lo vi no invitaba al trayecto, aunque alguna ventaja tiene sobre el de Moscú como la de funcionar las veinticuatro horas del día.

Me he acordado de nuestro presidente socialdemócrata, porque así es como describen al candidato ganador de las elecciones en Guatemala, toda una primicia según la prensa española, aunque a juzgar por lo que ocurrió aquí, les recomiendo a los guatemaltecos no contener la respiración esperando justicia para los desmanes cometidos desde el año 1954.