jueves, febrero 18, 2010
martes, febrero 02, 2010
Domingo de Mercado
Señal a la izquierda, apuntando al corazón, aunque es tan solo para desviar el tráfico y hacer peatonal la zona. Después de las últimas lluvias el cielo no puede estar más azul.
Vestidos de volantes que como casi toda la ropa del mercadillo no tiene aspecto de mucha calidad, pero seguramente a precios asequibles.
El churrero muy orgulloso de la rosca, y el anticuario, por llamarlo de alguna manera, dándole cuerda a la gramola, la verdad el sonido era interesante, pasó la época en la que lo que más impresionaba era la ausencia de ruidos de los CDs, ahora importa más el contenido que la limpieza técnica de su señal, y esto es aplicable a la fotografía también.
Lo mejor de todo, y con lo que no se puede bromear ni ser superfluo, los productos de la huerta. Llevo varios años disfrutando en invierno de las naranjas de este insigne hortelano, y no solo naranjas, ajos frescos, pimientos secos, ajos secos, col, todo de una calidad insuperable.
Por último, llama la atención en esta nueva torre de Babel la presencia de británicos, este vende libros. La inmigración es apabullante, sobre todo de Africa. Pero ver a gente del norte con puestos en los mercadillos tal vez sea una señal de los nuevos tiempos. Repetiré mercadillo y les mantendré informados. Lo más impactante es que aunque todo el mundo habla de la falta de dinero, el ambiente general a orillas del mar y en un día de sol resplandeciente era de alegría y regocijo total, todo un estímulo para ánimos alicaídos por la omnipresente recesión.
Vestidos de volantes que como casi toda la ropa del mercadillo no tiene aspecto de mucha calidad, pero seguramente a precios asequibles.
El churrero muy orgulloso de la rosca, y el anticuario, por llamarlo de alguna manera, dándole cuerda a la gramola, la verdad el sonido era interesante, pasó la época en la que lo que más impresionaba era la ausencia de ruidos de los CDs, ahora importa más el contenido que la limpieza técnica de su señal, y esto es aplicable a la fotografía también.
Lo mejor de todo, y con lo que no se puede bromear ni ser superfluo, los productos de la huerta. Llevo varios años disfrutando en invierno de las naranjas de este insigne hortelano, y no solo naranjas, ajos frescos, pimientos secos, ajos secos, col, todo de una calidad insuperable.
Por último, llama la atención en esta nueva torre de Babel la presencia de británicos, este vende libros. La inmigración es apabullante, sobre todo de Africa. Pero ver a gente del norte con puestos en los mercadillos tal vez sea una señal de los nuevos tiempos. Repetiré mercadillo y les mantendré informados. Lo más impactante es que aunque todo el mundo habla de la falta de dinero, el ambiente general a orillas del mar y en un día de sol resplandeciente era de alegría y regocijo total, todo un estímulo para ánimos alicaídos por la omnipresente recesión.
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