Llegamos al final de otro ciclo, en un año en que se instaló el pesimismo y ya abiertamente se habla de depresión. Pero el espectáculo continúa, el tiempo no se detiene, veremos que sorpresas nos depara el año que viene. Felices Fiestas.
lunes, diciembre 26, 2011
Más Diana
lunes, diciembre 12, 2011
Diana en Bici
domingo, diciembre 11, 2011
Cristiano Viejo II
Y para aquellos que no son vegetarianos aquí está la segunda parte, limpieza y afeite del animal sacrificado. Todo trabajo manual, llevado a cabo con el cuidado y atención del que será consumidor final del producto, nada que ver con procesos industriales. La tercera parte, limpieza y cuidado de las entrañas y tripas para luego ser embutidas lo dejaremos pendiente por el momento.
lunes, diciembre 05, 2011
Cristiano Viejo
En otros tiempos y para demostrar ante los poderes terrenales profesión de cristiandad, las matanzas del cerdo se llevaban a cabo por las calles, de ese modo se afirmaba la pertenencia a la mayoría y no a las minorías perseguidas.
Pues los tiempos cambian, y ahora por presiones europeas la costumbre centenaria de sacrificar a un cerdo para proveerse de viandas durante los meses frescos se ve amenazada. Y si, es triste ver el sacrificio de un ser vivo, de un animal de porte majestuoso y al que tanto debemos como el cerdo, por muy vituperado que sea su nombre. Sobre todo viniendo esas presiones desde países que guardan sus casas muy limpias a costa de lanzar mierda en la de los vecinos, como por ejemplo la mina de Boliden.
Es una costumbre ancestral, y soy del parecer que o nos hacemos todos vegetarianos, o nos callamos, porque el sacrificio industrial es un poco como las bombas inteligentes de las guerras organizadas por esos que se preocupan tanto por el bienestar animal y les importa muy poco el bienestar de sus semejantes, jueguitos de ordenador vistos en una pantalla aséptica donde la sangre de las víctimas no salpica. Lo dicho europeos del norte, o vegetarianos, o a callar.
Pues los tiempos cambian, y ahora por presiones europeas la costumbre centenaria de sacrificar a un cerdo para proveerse de viandas durante los meses frescos se ve amenazada. Y si, es triste ver el sacrificio de un ser vivo, de un animal de porte majestuoso y al que tanto debemos como el cerdo, por muy vituperado que sea su nombre. Sobre todo viniendo esas presiones desde países que guardan sus casas muy limpias a costa de lanzar mierda en la de los vecinos, como por ejemplo la mina de Boliden.
Es una costumbre ancestral, y soy del parecer que o nos hacemos todos vegetarianos, o nos callamos, porque el sacrificio industrial es un poco como las bombas inteligentes de las guerras organizadas por esos que se preocupan tanto por el bienestar animal y les importa muy poco el bienestar de sus semejantes, jueguitos de ordenador vistos en una pantalla aséptica donde la sangre de las víctimas no salpica. Lo dicho europeos del norte, o vegetarianos, o a callar.
viernes, diciembre 02, 2011
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