viernes, junio 23, 2006

Narciso y Goldmundo


Nota Aclaratoria: a propósito de la dualidad ciencias-letras, o ingenieros y abogados.

Se ha abordado aquí un tema fascinante y que daría mucho de sí. En realidad creo que se han escrito tantísimos libros cruciales sobre este tema que no bastaría una vida entera para tratar de dilucidarlo.

Se me invita a que aporte mi modesta opinión, lo que haré con grandísimo placer pero de manera sucinta ya que el verano ha llegado, con todo lo que eso implica, aire ligero y caliente, días largos -para los petates eso implica más trabajo, no más diversión- y muslos bronceados al aire con ropas cortas y ligeras si es que se lleva alguna.

Podría simplemente expresar mi opinión recurriendo a otros, clásicos o profanos, y cuando empezaron a tocar el tema lo primero que se me vino a la mente fue Danny deVito al principio de la 'Guerra de los Rose', en la que dice: Cien abogados en el fondo del mar, qué es eso? Un buen comienzo.

Pero después de reflexionar un poco, me he acordado del insigne Solzhenitsyn y su maravillosa novela El Primer Círculo, lo que nos lleva a fuentes clásicas y muchísimo más serias como lo es Dante y su viaje por los infiernos. Según Solzhenitsyn el primer círculo del infierno son las Sharashkas, o esos centros de detención donde juntaban a ingenieros a cambio de unos gramos de mantequilla y pan sobre la mesa, donde los egos no entran en pugna, y donde por la mañana echando la cagada de rigor el buen Ivanov en vez de cascársela leyendo un playboy, se devana los sesos entre la conjetura de Poincaré y las series de Fourier para conseguir la telefonía codificada -o sea el condenado no se enterará de la pena de muerte hasta que lo hayan asado- o aligerar la ojiva nuclear para que con la misma cantidad de combustible el misil tenga mayor alcance.

No hay inocentes, salvo los artesanos y los poetas, para ellos es el reino celestial, esa es mi modesta conclusión. Para Dante, a los abogados -los que trafican con la justicia- les corresponde la quinta fosa del octavo círculo, y a los ingenieros según Solzhenitsyn el primer círculo del infierno.

Podríamos extendernos más y pensar en que nuestra educación por clásica -bachilleres en ciencias y letras- pretendía hacer de nosotros verdaderos hombres renacentistas, Leonardos, en los cuales las artes y las ciencias no fuesen ninguna contradicción sino todo lo contrario complementarias. Los tiempos que corren no son buenos para el renacentismo. Salud a todos, sobre todo a los poetas y artesanos, junto con los presos, borrachos y sidosos, porque de ellos es el reino de los cielos.

jueves, junio 08, 2006

El Transplante



No amamos nuestra tierra por grande y poderosa, por débil y pequeña, por sus nieves y noches blancas o su diluvio solar. La amamos simplemente porque es la nuestra.

L.Cardoza y Aragón.


La plácida monotonía trastocada en la niñez grabó con más intensidad el antes y el después. Guatemala tal como la vi de niño, con el detalle del carretero. Con alguno me di algún colazo en ruta a la oficina de Aviateca, creo que en la novena calle de la zona uno, aunque la calle puede no ser la correcta.

Atrás quedaba la escuela española de la que me salvé, y en la que los chavales entonaban el Cara al Sol todas las mañanas, los veía y oía desde casa. No tuve necesidad de cantarlo, nunca, al contrario que muchos izquierdistas-izquierdosos que luego con el paso del tiempo y la caída de la dictadura llegaron a puestos de responsabilidad, con discurso de izquierdas y reflejos de escuela franquista. Gracias Guatemala, no eres grande entre las naciones, pero como ya he dicho en otra parte, fuiste refugio para los perseguidos, y eres belleza, a más no poder. Tan solo duele el que de pobre digna y hermosa, tanta desgracia se abatiese sobre ti y ahora, pobre y desgraciada purgas la violencia, siembra pertinaz que asola lo que toca por muchos años.

lunes, junio 05, 2006

Album de Madrid, un milenio más tarde...



Aunque son sedas y algodones
lo que tu culo merece
ya que a mano no los tengo
te ofrezco lengua y cojones.....


Siempre tarde a la cita, entonces había muchas ganas de todo y pocas cosas con que satisfacerlas.
Iré poniendo algunas de las fotos que tomé en el paseo por el presente y pasado que hicimos con Eddy y su Señora.




Estas son del museo Reina Sofía, un poco decepcionado de la visita ya que la estrella, el Guernica de Picasso no estaba disponible ante la preparación de una maravillosa exposición en la cual el maestro será expuesto junto con los clásicos, algo que dicen él mismo soñaba y seguramente una exposición excepcional a la cual no sé si podré asistir. Está prohibido tomar fotos, aunque sea sin flash, me las apañé para tomar unas cuantas. Lo que más nos impresionó fue la cantidad de escolares, con una educación así talvez algún día se acaben las guerras, y quienes las organizan.



El templo de Debod, de Egipto, del valle de los templos y regalado a España antes de ser inundado por la presa de Asuán. El templo es lo de menos, su emplazamiento es estratégico en el mapa de mi memoria, situado al final del paseo del Pintor Rosales, que paseos, que rosales, que rosas.....

jueves, junio 01, 2006

Encuentro inesperado


Dónde está la fina línea del presente? Todo se confunde, y ya no se sabe con la certitud habitual si esto es esto, lo que fue o lo que será. Lo que fue se juntó por un instante con lo que es, mezclando imposibles materiales y espaciales, en un presente inesperado pero fiel a si mismo por efímero, algo así como el mundo de los sueños donde espacios y tiempos imposibles se mezclan para sorpresa del que sueña al despertar, no mientras lo sueña.

Así que con Eduardo y la Cuchi -a quien por desconocimiento renombré Olechka- partimos a la búsqueda de la mano rechoncha de Botero, quizá esperando la generosidad propia de las naturalezas solares y abundantes, símbolo inconfundible del maravilloso artista colombiano. Generosidad de la que creo todos estamos muy necesitados, aunque por distintos motivos, teniendo uno en común, la pila de años que no perdona y que ayudada por nuestros descuidos, pasiones y excesos, hace que los sustos propios de los desperfectos -que no de los excesos u osadías- acechen como jarro de agua fría, y nos adviertan que los tiempos ya no son los de ascenso sino todo lo contrario.

Dimos con el sitio, el paseo de la Castellana es amplio como para acomodar novedades, y de alguna manera la misión se cumplió, lo que nos permitió contemplar un Madrid que ya no es el que era, cuando en el sueño de las imposibilidades espaciales y temporales estuvimos juntos los que ahora volvimos a estarlo.

Salud