jueves, junio 01, 2006
Encuentro inesperado
Dónde está la fina línea del presente? Todo se confunde, y ya no se sabe con la certitud habitual si esto es esto, lo que fue o lo que será. Lo que fue se juntó por un instante con lo que es, mezclando imposibles materiales y espaciales, en un presente inesperado pero fiel a si mismo por efímero, algo así como el mundo de los sueños donde espacios y tiempos imposibles se mezclan para sorpresa del que sueña al despertar, no mientras lo sueña.
Así que con Eduardo y la Cuchi -a quien por desconocimiento renombré Olechka- partimos a la búsqueda de la mano rechoncha de Botero, quizá esperando la generosidad propia de las naturalezas solares y abundantes, símbolo inconfundible del maravilloso artista colombiano. Generosidad de la que creo todos estamos muy necesitados, aunque por distintos motivos, teniendo uno en común, la pila de años que no perdona y que ayudada por nuestros descuidos, pasiones y excesos, hace que los sustos propios de los desperfectos -que no de los excesos u osadías- acechen como jarro de agua fría, y nos adviertan que los tiempos ya no son los de ascenso sino todo lo contrario.
Dimos con el sitio, el paseo de la Castellana es amplio como para acomodar novedades, y de alguna manera la misión se cumplió, lo que nos permitió contemplar un Madrid que ya no es el que era, cuando en el sueño de las imposibilidades espaciales y temporales estuvimos juntos los que ahora volvimos a estarlo.
Salud
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