sábado, noviembre 10, 2007

Al Nonagésimo no Vino Nadie


La piedra tan fría e inanimada y la de cosas que ha visto. La panorámica de la Plaza del Palacio en San Peterburgo, Petrogrado o Leningrado, vacía y desangelada en un final de Agosto del siglo XXI, y si animada y con gente, entonces turistas como yo mismo, con la prisa de absorber todo lo absorbible, aunque poco jugo le queda ya a este decorado de la Historia con mayúscula del siglo pasado.


Noventa años desde que en esa plaza la historia diese un vuelco, si para bien o para mal eso depende de que lado nos pilla a cada uno, el que recibe el golpe por supuesto dirá que mal, aunque, que fue un vuelco que se sentiría durante años en todo el mundo de eso no hay duda.


El portón con el águila bicéfala creo haberlo visto en alguna de las películas de Eisenstein, cuando la turba se lanza a la toma del palacio. Noventa años después, recomiendo ver la película Brat o Hermano -Брат-, interpretada por el finado Sergey Bodrov Hijo. El Peterburgo del colapso, material y moral, acompañado por la magnífica banda sonora del grupo Nautilus Pompilius.


Tuvo tanto éxito, realzado por la pronta y desgraciada desaparición de su muy icónico intérprete, que aún hubo tiempo de hacer una secuela, Brat 2. Esta se deja ver, aunque la primera es el complemento ideal al cine heroico y en blanco y negro de Eisenstein, y ya se sabe, segundas partes nunca fueron buenas, aunque Brat 2 mala no es.

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