Mirando con escepticismo e incredulidad los eventos que a velocidad mareante se suceden en este principio de milenio tan turbulento, no nos queda más remedio que refugiarnos en eso mismo, en el escepticismo y la incredulidad y perdón por la redundancia. Bombardeados por trivialidades, medias verdades y muchas mentiras, somos colectivamente incapaces no ya de avanzar en nuestra comprensión de la realidad sino de simplemente recordar eventos no tan remotos y sus fatales consecuencias. A principios del siglo pasado se desencadenó la gran guerra con un chispazo inicial en una atormentada región de Europa que de nuevo -un siglo después- vuelve a ser centro de tensiones con consecuencias imprevisibles.
En Latinoamérica el único capaz de aguantar el chaparrón imperial durante medio siglo se retira exhausto pero vencedor, dejando su proyecto en el punto de máxima debilidad de su enemigo imperial, con muchísimas más posibilidades de permanencia evolutiva por la simple terquedad numantina y aguante al desgaste, el tiempo lo dirá aunque de manera no traumática de momento, Fidel es historia, la gran historia Latinoamericana.
Historia también aunque casi totalmente desconocida, es la circunvalación de la Antártida, realizada por el almirante Lazarev, nativo de Vladimir y del que con gran sorpresa presencié esta placa en una de las calles de esa ciudad. Me era familiar no por sus viajes de exploración, sino por haber navegado en el congelador de altura Cabo Lazareva -Мыс Лазарева- . El cabo nombrado en honor del explorador es el punto más cercano entre el continente y la isla de Sajalín.
Pues no contentos con plantar la bandera rusa en el fondo del polo norte, los rusos han colocado su bandera en el polo sur magnético, quizá reclamando el nombre de Lazarev y las riquezas del continente austral, pero la noticia ha carecido de mucho impacto mediático ya que el horno está que arde con tanto bollo.
2 comentarios:
Efectivamente, ahora que se retira la historia lo absolvió. El aguante le valió para que se desmoronaran las historias falsas sobre él por su propio peso.
Saludos
Ya veremos cómo evolucionan los acontecimientos, pues el Fidelismo sin Fidel no será tan inquebrantable como históricamente ha venido mostrándose. Quizá pueda funcionar una versión adaptada del modelo chino; aunque Cuba no es China y, además, sabe Dios qué piensan Raúl Castro y sus colaboradores.
Saludos.
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