lunes, abril 28, 2008

Inevitable Madrid


El centro geográfico, donde se juntan los caminos que canta un andaluz. Hacía un par de años que no lo visitaba y reconozco que la relación de amor intenso a nostalgia o a desdén que siento por esa ciudad donde amé y viví corta pero intensamente se ha desplazado hacia el lado tolerante.


De mi estancia anterior puse la foto de una bella de botero, esta vez de Modigliani aunque he de decir que el museo Thyssen me decepcionó por el espacio tan reducido en el que se exponía la obra del artista italiano y la sensación general mercantilista. Para compensar, la parte gratuita se exponía en la fundación Caja Madrid, en un recinto bastante más espacioso y por lo tanto agradable.


Algo de resquemor en la conciencia he sentido, el perfecto burgués y su gimnasia intelectual de visitas a museos, pero sin excusarme reconozco que he aprovechado una gran oportunidad, la mejor colección de Picasso -la de su museo en Francia- junto a su obra cumbre, el Gernika, juntos en Madrid, espectáculo estremecedor.


En el Prado -aunque esa la dejé para un próximo viaje ya que no es temporal- y aprovechando el centenario de los sucesos retratados, los Goyas restaurados, el dos y el tres de Mayo de hace dos siglos, y parece que fue ayer pues seguimos tropezando en la misma piedra. Ironía de la historia que los salvajes rechazan la cultura y la civilización cuando esta viene impuesta, ya sea por la República Francesa y sus adelantos o nuestra muy inferior pero mucho más cacareada democracia en oriente medio. Conclusión, o deberíamos estudiar más historia -en vez de tanto Hollywood y Modiglianis Andys Garcias que se enfrentan a Picassos rojeras- o deberíamos abandonar nuestro desprecio a los asnos y demás animales que tropiezan dos veces en la misma piedra.


El perfil urbano de Madrid está cambiando -por no decir skyline ya que me jode tanto barbarismo, aunque por supuesto no hay ningún problema con el inglés si es una conversación sobre historia, hollywood, o imperios- y a pesar del desastre de las torres gemelas no dejan de construir edificios similares en urbes con ambición metropolitana. Posiblemente los ingenieros especialistas en estructuras tendrán muchísimo trabajo haciendo cálculos para situaciones de lo más descabelladas.


Hasta pronto Madrid -espero si ahorro, el que yo conocí y amé era de metro a tres pesetas, algo impensable hoy aunque no use el metro- queda pendiente la fundación la Caixa con este edificio tan atractivo.

1 comentario:

César dijo...

Madrid es mucho Madrid, a pesar de la degradación que acompaña a sus logros objetivos, y que sistemáticamente nos explican como un precio a pagar por el progreso ... A ver si soy capaz de entenderlo en mi próxima reencarnación!

Saludos.