jueves, enero 21, 2010

De Todo un Poco

Paseando en invierno por Moscú llama la atención la cantidad de anuncios y vallas publicitarias en la otrora capital de la ausencia publicitaria, parece ser que la única ciudad que queda en el mundo que ofrezca esa ausencia de anuncios es Pyong Yang en Corea del Norte, pero cualquiera se aventura. Como es natural el norte añora al sur, la chica del anuncio no tiene frío.

En los alrededores de Moscú visité una iglesia cuya arquitectura no corresponde totalmente con el estilo ruso de cúpulas cebolla, está en Dubrovitsy, recuerda el barroco del oeste europeo, sin campanario como tal, el chaval que tañe me dice medio en broma que no está permitido tomar fotos, como en la gran mayoría de iglesias ortodoxas en las que tienes que pedir la 'bendición' antes de poder tomarlas. La bendición -allí donde la dan que no en todos sitios- se otorga a cambio de una limosna.


El taxista azerbaiyano orgulloso de los arreglos un tanto' kitsch' de su GAZ.


Iglesia en el monasterio de Zvenigorod no lejos de Moscú.


Llevé conmigo una sola cámara esta vez, una Canon digital, y las conclusiones de tipo técnico: no vayas de viaje sin antes haberte acostumbrado al uso de tu instrumento, me la llevé sin haberla usado por retrasos en su adquisición, y ahora en retrospectiva hubiera disparado muchísimo más en situaciones de baja luminosidad -lo normal en inviernos del norte- ya que responde muy bien y con poco ruido a la ausencia de luz. En realidad es increíble la evolución de este tipo de cámaras, el gran 'pero' sería su tamaño que intimida y llama demasiado la atención, por lo que una analógica de telémetro sería lo aconsejable para ambientes urbanos hostiles, y perdonen la redundancia ya que urbano y hostil va de la mano.



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