Por un momento he dudado si atemporal o anacrónico son sinónimos, seguramente no, pero merece una reflexión. Estamos ya bien entrados en el siglo XXI y tuve la ocasión de visitar un Koljoz, si, todavía activo, el Koljoz 'Camino de Lenin'.
Guardaremos un grato recuerdo, todo empieza con la típica desconfianza a la cámara, ¿qué hace Ud. tomando fotos? y como respuesta, pues mire, turista, español, disculpe… y héte tu aquí que el asunto se convierte en un evento.
Aparece el delegado cultural, Lyubov y nos ofrece un tour guiado por las instalaciones. El palacio de la cultura, un amplio teatro o cine, museo y edificios que bien podrían ser la envidia de cualquier pequeño pueblo, aunque se notaba por el olor a cerrado que no se utilizan demasiado a menudo.
Visitamos también el hogar de los jubilados, lo más tierno del asunto, con las abuelas mostrándonos su casa, una de ellas hasta hizo que me ruborizara ya que según parece le recordé a su gran amor, algún flaco y alto tuvo que ser el afortunado. Un momento de lo más entrañable y que recordaré con cariño y una sonrisa.
La gráfica recuerda los años del estancamiento, los setenta de la era Brezhnev, años en que teóricamente y según reza un cartel el Koljoz era rico en armonía. Deberían decírselo a nuestros políticos de hoy en día, en nuestro mundo la armonía es un estorbo, la pasta es lo que cuenta, en teoría y práctica.
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