Hoy todo el mundo lleva consigo una cámara, la foto se ha democratizado lo que está muy bien. Pero sin ningún código claro, los verdaderos 'amantes', los amateurs del asunto desde hace muchos años parecen reconocerse rápidamente.
Con este colega cerca del parque central en Guatemala no pasamos más de diez segundos juntos, simplemente su Olympus de cuerpo negro al que poco negro le quedaba -era casi todo color bronce del desgaste- fue el motivo de tan alegre expresión, como quien dice 'la experiencia es un grado y esta no llama la atención de los cacos, está muy vieja', es por eso que aparece lo de 'suerte' en el fondo, cosa que en su momento no vi.
Con Tomàs del periódico Reforma tuve más tiempo para charlar, me dejó amablemente sus datos por si algo hacía falta. Un gustazo tropezarse con colegas así.
viernes, agosto 13, 2010
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario