viernes, noviembre 03, 2006
El Tren que nunca llegó a salir
Así me lo explicó la señora en una tienda de Alfambra en Teruel. Yo no salía de mi asombro, casi paralelamente a la carretera nacional se podían ver las estructuras y edificios de un ferrocarril, estaciones, túneles y puentes. Salvo los rieles. Brillaban por su ausencia, ausencia permanente, nunca llegaron a existir. El estilo arquitectónico de las estructuras varias, de lo más llamativo, me hizo pensar en los años treinta. Pero me equivoqué. Parece que se empezó a construir a mediados de los veinte, durante la dictadura de Primo de Rivera. Y luego en los treinta con la parte más difícil y costosa ya hecha, se abandonó.
Que analogía tan pesada, más que una cruz. Tal vez me equivoque, pero algo así no creo que pueda pasar en un país del norte. O quiero creerlo o quiero no creerlo, pero veo la señal de nuestro ser. De oportunidades perdidas. De orgullo tan grande, que como losa pesadísima termina por hundirnos, como individuos y como grupo de individuos, o sea como nación.
Es la imagen que me he traído de un viaje hasta la frontera con Francia. Imagen otoñal. Trenes perdidos y Penélopes, nombre muy común gracias a Serrat y su maravillosa canción. Lo que yo no sabía era que Penélope tenía su ferrocarril particular, su estación, túnel y puente. De Teruel a Alcañiz y luego hasta la frontera. Todo lleno de referencias a un pasado que como el tren, nunca llegó a salir.
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1 comentario:
Hola Pantxo. Efectivamente esta línea de tren nunca se llegó a terminar.
Por otro lado, la impresionante fotografía que nos muestras corresponde al viaducto historicista conocido como Puente de la Venta, sobre el que se instaló en 2002 la escultura "El tren de los sueños" de Juan José Barragán, para recordar el sueño del progreso que nunca se materializó
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