miércoles, enero 28, 2009

Monumentales Utopías


Hay autobuses que nos llevan al cielo y otros que simplemente no logran despegar. Parece ser que para conmemorar el año de Darwin en Londres, una asociación autodenominada humanista puso un mensaje en un autobús, pidiendo relajación con respecto a los temas divinos. El asunto ha llegado a España como tantas modas anglosajonas y la Iglesia ha terciado. Parece ser que en Italia se ha llegado incluso a prohibir -en Génova- la iniciativa, pero no por ser de origen anglosajón. Menudo consuelo para un laico español representa la existencia de Italia, y no solo por la pasta. Como si hiciese falta Darwin para confirmar que no pasamos de ser monos, con perdón de los monos y con perdón de Dios.


La inercia nos mantiene en el carril. Porque ese choque de utopías es viejo y está gastado. Qué mejor sitio para ver sus monumentos que la vieja Rusia. La tierra en el cielo o el cielo en la tierra, elija Ud. que le hacemos la reserva porque sea la que sea su elección, será como los socialdemócratas españoles y sus promesas de republicana: mañana, mañana.


De la quema no se salvan los últimos ideologizados, los neoliberales vencedores de guerras frías porque la caliente la ganó el pueblo ruso con mucha sangre sudor y lágrimas. Sin embargo la fría la perdieron, para que por corto inter regnum imperase el fanatismo neoliberal y su mano invisible del mercado que todo coloca en su sitio, sobre todo a los bancos como el que aparece como contraste a Vladimir Ilich. No solo el estado los inunda con nuestros recursos -talvez de esa inundación venga el palabro de liquidez- sino que ellos solitos y en medio de la sequía se las apañan para aumentar sus beneficios.


Podría seguir escarbando para sacar estatuas de Vladimir Ilich -todavía quedan muchas por toda Rusia, la gran mayoría bastante pobres desde el punto de vista escultórico- aunque para no agobiar sacaré la que se encuentra frente al estadio Luzhniki. Y no solo por su monumentalidad, es que ese otro invento anglosajón -aunque después de Maradona poco importa su origen- que es el fútbol también entra en la ensalada utópica que nos ocupa hoy. Con cifras mareantes para los gladiadores de nuestro circo cuando el pan escasea, el equipo del régimen -parece ser que del antiguo régimen- se haya inmerso también en una gran crisis, vaya, ya no hay nada sagrado ni nadie que se salve. Lo dejaremos ahí, todavía hay muchos esqueletos en el armario y reservaremos los grandes símbolos para futuras entregas, para las sequías anímicas y ausencias de musas, que ellas también parece ser están en crisis. Lo dicho, no se salva.... ni Darwin!!!

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