domingo, junio 17, 2007

Treinta Años son Nada




La canción reza veinte, aunque son treinta los que se han conmemorado esta semana. Las primeras elecciones generales después de la dictadura. Y la frente está marchita, aunque treinta años para una democracia son nada, sin metáfora. Muchas imágenes en blanco y negro, y un país que no terminaba de salir de su aislamiento, ni de su inercia cainita.

Así que treinta años después, elecciones municipales y problemas que aún no se han resuelto, ni tienen visos de resolverse pronto. Como muestra, lo ocurrido en el bello pueblo de Ondárroa, en donde no se ha constituido ayuntamiento ya que la lista más votada ha sido el voto nulo, o sea han votado la ilegalidad, Ondárroa tiene vocación de ilegalidad, según quien hace las leyes claro está. Y ahí es donde duele, como en muchos sitios antes, todos somos demócratas si los resultados favorecen pero si no, miren lo acontecido en Gaza y Cisjordania. ¿O es que pueblos y naciones enteras se equivocan cuando los resultados no coinciden con nuestra opinión de lo que un demócrata de pura cepa debiera ser?

La ansiada y ahora alabada democracia cada vez pierde más el aire fresco de doncella de cuadro de Delacroix -aunque perdón por identificarla con la república, ya que me resulta difícil imaginármela de otra manera- y cada vez le salen más verrugas y arrugas, aunque todos nos digan que seamos como Cándido, el pobre Cándido superviviente del tsunami de Lisboa -entonces no se les llamaba así a los maremotos- es el mejor de los mundos posibles, aunque imperfecto, bastante imperfecto.

Esta nota nace por las imágenes, y por el recuerdo de ese maravilloso paseo que me di con quien me importa más que la democracia, más que la legalidad o ilegalidad, más que lo correcto o incorrecto, más que...muchas cosas. Lo dicho, un paseo por ese precioso pueblo del Cantábrico al que espero volver algún día, y entonces anotaré el nombre del escultor Georgiano autor de la estatua que aparece en la imagen, aunque recuerdo bien que la placa estaba escrita en euskera y caracteres georgianos, los que no entiendo pero reconozco.

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