sábado, junio 23, 2007

Conversos y Apóstatas


Esta ruina de iglesia está en la ciudad de Antigua Guatemala. En Antigua Guatemala hay muchas iglesias, algunas muy bellas, casi todas en ruinas. Guatemala sufre terremotos frecuentemente, me puedo acordar de uno, aunque no va de movimientos telúricos mi reflexión de hoy. Lo particular de la iglesia de la imagen es que es particular, o sea, voy a tratar de explicarme, es privada, hay un muro a su alrededor y forma parte del lujoso jardín de una mansión. Tomé varias fotos con gran riesgo, ya que afortunadamente fui sorprendido por una sirvienta de la casa, que muy alarmada me rogó abandonar el sitio de inmediato. Pude haber tenido peor suerte y tropezarme con un gorila armado, pero afortunadamente eso no sucedió.

Iglesia, ruina, privada. Esa es la asociación que ha despertado la visita del que pronto será ex primer ministro inglés al Papa de Roma. Dicen que se convertirá al catolicismo, y leo al magnífico Robert Fisk, quien dice estar más que sorprendido, estupefacto, por el posible nombramiento del ex primer ministro como enviado especial a Oriente Medio.

Estamos tocando fondo. En manos de carreristas que cual estrellas de rock nos deslumbran con sus mansiones, comilonas, vestidos y todo lo demás, sin importar la destrucción, la infinidad de cadáveres que estos individuos han dejado en su camino hacia la cúspide de tan deslumbrantes logros personales, como diciéndonos: sé complice, tal vez tu también llegues, deja esa posibilidad abierta, y mira hacia otro lado, no al torrente de sangre, destrucción, maldad e hipocresía sin límites que nos ha encumbrado a estas burbujas de impunidad y poder.

Iglesia, ruina, privada. Estoy seguro que Jesucristo hubiese echado del templo a latigazos a tan insignes conversos, conversos de conveniencia y apóstatas del género humano, y hablo en plural porque pienso en el trío de las Azores, cuyo integrante más despreciable por menos ignorante es el ex primer ministro Británico, y futuro miembro de la única iglesia universal y verdadera de Dios Nuestro Señor.

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