Nos dice el cartel que de ocho a quince, se ve que lo preparan todo a las ocho y cuando nosotros llegamos estaba la comida fría.
El aspecto general, aunque luminoso, es algo destartalado, los globos del techo no ayudan demasiado.
La cajera nos atiende sin inmutarse aunque la niña se esconde en el rincón y aunque difícil de ver a tamaño pequeño le da un poco de vida a la situación junto con el gatito.
Los jóvenes, con ropa de marca seguramente falsa, el precio es imbatible, no el de la ropa, el de la comida.
La generación globalizada, el aspecto de este chaval con ese corte de pelo y la ropa que lleva podría ser en cualquier sitio, no en Orlov Na Vyatke.
miércoles, octubre 19, 2011
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario