Salto

Nochebuena

Mininovela Fin del Mundo

Angela, se me rompió el Mercedes

¿Qué es lo que Ud. dice?

¿Te has enterado?

Vaya, esto si que es noticia

Fue exactamente aquí

Houston, tenemos un problema

¡Angela! Vente pal sur

Este es nuestro Mercedes

El Fin Nuestro de Cada Día

Fin del Mundo... a la Carta

Ahora que todos somos especialistas en el mundo maya y Baktún ha pasado a ser parte de la jerga cotidiana, os invito a recorrer el Paseo de Los Muertos en Teotihuacán, que aunque no estrictamente Maya si que eran vecinos. Elija Ud. lo que más le parezca, haciendo uso de esa gran libertad de la que dispone como consumidor, fin del mundo por arma de fuego en el colegio, o por un avión sin piloto el día de su boda, o por coche bomba cuando se dirija al trabajo, o algo más prosaico, asesinado por llevar ese teléfono móvil tan bonito en alguna calle de alguna ciudad en el antiguo territorio de los Mayas. Permítanme decirles que el fin del mundo llegó hace mucho, cuando nos hipnotizaron a todos, cuando nos hacen borregos día a día, cuando comulgamos con ruedas de molino para desayunar, los que todavía tenemos algo para el desayuno. Revisaremos el archivo, en busca del secreto Maya.

Día en Digital

A solo unos días del solsticio de invierno estos se acortan y la luz es un torrente de color, especialmente durante el amanecer y el atardecer. Una secuencia del mismo día en orden de tiempo,  un siberiano recibiendo al sol todas las mañanas con un baño en agua fresca, aunque no tanto como los menos cuarenta largos que han tenido hoy en su tierra. La crisis ha hecho que haya gente pescando, más de lo habitual. Un calamar fresco le resuelve una comida a cualquier familia y eso hoy no es cosa menor.

Arquitectura del Desastre II

Arquitectura del Desastre

La Otra Orilla

Si no estás aquí
es porque estás
al otro lado del río.

La Blanca Jolunitsa, río menor que desemboca en el Vyatka. En el barrio del Chacho Vasya. Me imagino estará a punto de congelarse si es que ya no lo está del todo. Será más fácil aun cruzar, ir al encuentro que es lo que hacemos durante toda nuestra vida.

El Garaje de Orlov

El año pasado me llamó la atención el comedor de Orlov. Este año el garaje. No es el de Moscú, eso está claro. Sin arcos detecta metales ni cachas rubios con trajes caros y auriculares semi camuflados. No. Aquí un par de tíos -muzhiki les llaman en ruso- no sé si muy sobrios aunque también puede que haya sido el efecto de los humos ambientales.

Uno de ellos se entretuvo en mostrarnos un vehículo llamado Volyn, un todo terreno semi portátil diseñado para ser lanzado en paracaídas junto con tropas de élite para que estas dispusieran de vehículo al caer a tierra.

Por último, una imagen de un Kamaz y un Mercedes, en un cruce de carreteras cerca de Kotelnich. Está claro que la técnica alemana se ha impuesto, pero las máquinas son solo parte de la ecuación como demostró la segunda guerra mundial. Máquinas sin gente que las conduzca son solo chatarra.

Relativamente Roca

De vuelta a la escollera esta vez con otro juguete olvidado, una gran angular formato medio, para apreciar la dureza de las piedras hasta que el mar las deje en arena. El tiempo me resulta incomprensible, a pesar del reloj suizo con casi medio siglo de antigüedad que uso como fetiche para medir el tiempo de revelado. Al final todo es pasajero, hasta la dureza de la roca, aunque esta sea un diamante que es lo que para mi sigues siendo querido lector. No dejes que el tiempo opaque tu brillo.

Canon de Belleza

Ya que todo cambia como reza la canción y demuestra la realidad, en estos tiempos de cambios profundos es hora de cuestionar el canon de belleza establecido. La gente se hace mayor y ya no es una generación de jóvenes la mayoría. Pero más allá de lo impuesto por la cultura mercantil del usar y tirar, de los cuerpos como carrocerías de coches deportivos italianos, la belleza creo es una emanación luminosa, algo que no podemos interpretar con palabras y por lo tanto con pensamientos. Les presento a Galina Sergeevna de la aldea Grékhovo región de Vyatka, once partos, muchos años -la edad no se pregunta a una mujer, me seguiré saltando los códigos de lo políticamente correcto en cuestiones de género, ¡qué horror de frase, eso no es ni natural ni bello!- y sin embargo hay algo en ese rostro y en esa mirada que encuentro de gran belleza, aunque no lo pueda describir con palabras.

Cazador Cazado

 

El comedor de Suná en Vyatka. Nada especial aunque barato por supuesto, en un pueblo algo extraño, con la torre más alta de la región, el campanario de la iglesia de la Ascensión. La cajera me atiende de manera diligente y cuando se ve sorprendida es a mi a quien sorprende con esta tierna mirada, ya saben, amor eterno que dura un instante, como disculpándose por no ir acicalada de pieles y Chanel. Desde aquí te digo que ese instante es toda una vida, que el olor a grasa y detergente hace que Chanel no valga un duro y que un día de estos tendré el coraje de perder todos los amarres y si tuviese la suerte de ver algo parecido otra vez con toda delicadeza te quitaría lentamente la gorra para darte un beso.