Ya que todo cambia como reza la canción y demuestra la realidad, en estos tiempos de cambios profundos es hora de cuestionar el canon de belleza establecido. La gente se hace mayor y ya no es una generación de jóvenes la mayoría. Pero más allá de lo impuesto por la cultura mercantil del usar y tirar, de los cuerpos como carrocerías de coches deportivos italianos, la belleza creo es una emanación luminosa, algo que no podemos interpretar con palabras y por lo tanto con pensamientos. Les presento a Galina Sergeevna de la aldea Grékhovo región de Vyatka, once partos, muchos años -la edad no se pregunta a una mujer, me seguiré saltando los códigos de lo políticamente correcto en cuestiones de género, ¡qué horror de frase, eso no es ni natural ni bello!- y sin embargo hay algo en ese rostro y en esa mirada que encuentro de gran belleza, aunque no lo pueda describir con palabras.
No hay comentarios:
Publicar un comentario