Cada día la cámara me sorprende más. Ve más que mis ojos. Por que cuando a hurtadillas - o sea à la sauvette como predica el maestro Cartier Bresson- tomé dos o tres tomas en una iglesia del sur de Vyatka, en el pueblo de Nolinsk, no tardó una mujer con velo en reprocharme el tomar fotos y no me quedó más remedio que salir, nunca me imaginé que en una de ellas pareciese representarse el mito en su origen, o sea la niña Matrona que pide escarben en las cenizas del incendio para dar con el Icono.
Aunque el original desapareció a principios del siglo XX tras un robo, una copia fue trasladada al oeste y usada como talismán, del tipo la devolveremos cuando se hayan ido los rojos ateos, guardada con celo y reverenciada también por católicos, incluído el Papa Voytila quién la guardaba en su recinto, buen conocedor del mundo eslavo, el también lo era.
Me acordaré a partir de ahora que se celebra el 21 de Julio. Por la mañana la celebración en la iglesia, por la tarde en la parte sur de la región de Kirov, o Vyatka como el río, pasamos por una aldea Mari o Cheremis, los Maris una de las numerosas minorías que pueblan el país más grande del mundo.
De origen Fino Ugro, emparentados con los Meria y los Finlandeses, a los Mari les tocó un vecindario hostil, con los Tártaros por un lado, los Eslavos presionando por el otro.
La aldea de Baysa tenía un aire especial, una calle muy ancha con casas muy barrocas, al estilo ruso, pero muy adornadas y cuidadas. La abuela Cheremis había celebrado día tan señalado y sus parientes venidos de la gran ciudad se ocupan de ella. Un gran recuerdo, el día de la Virgen Rusa por excelencia, Nuestra Señora de Kazán y de los Mari, en el sur de la región de Vyatka, cerca de Urzhum.
lunes, septiembre 10, 2012
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